Crear es parte de mi historia. Vengo de una familia donde el arte y la artesanía siempre fueron el corazón de la vida, y no recuerdo un solo día sin estar inventando o jugando a crear. Esa curiosidad la vivía en los detalles: dar vuelta el ropero de mi abuela, probarme todos sus zapatos y revolver esa cajita llena de accesorios. Para mí no eran simples bijouterie: eran tesoros que despertaban mi imaginación, me fascinaban por sus materiales, colores y formas, y que siempre terminaba desarmando para transformarlos en algo nuevo.
Recuerdo unos stilettos morados de mi abuela. Esa cajita tenía un olor único a cuero y estaban siempre impecables, guardados para una ocasión especial. Cada vez que los veía me los probaba y ella me sonreía. Tenían un detalle encantador: una flor de cinta bordada que se podía poner y sacar, y que a mí me parecía fascinante. Creo que mi amor por el diseño nació ahí, en ese recuerdo, en ese instante donde todo parecía magia.
Hoy me inspira crear productos que se conviertan en parte de la historia de cada mujer, verdaderos compañeros de vida. Quiero recrear ese momento en el que, de niñas, jugábamos a ser grandes: taconeando con los zapatos de mamá o de la abuela, o robando esa cartera con olor a cuero viejo. Quiero que cada pieza evoque un recuerdo para atesorar por siempre.
Cada zapato, cada cartera o accesorio que diseño está pensado para ser auténtico, cómodo, versátil y duradero, reflejando la esencia de quien lo elige. Porque diseñar es la manera en que mi alma se expresa y, al mismo tiempo, una invitación a que otras mujeres caminen conectadas con la suya.